EnriqueYuli
Tue, Dec 7, 2021

Mi esposo y yo estamos iniciando en el ambiente, aún no tenemos experiencias con otras personas; el fin de semana salimos a pasear y terminamos en un table, yo jamás había estado en un lugar así, todo era nuevo para mí y hasta cierto punto tenía miedo, no sabíamos que pasaría, pero sabíamos que era una prueba para confirmar si realmente este ambiente es para nosotros.

Tomamos una cerveza, vimos a las chicas bailar, yo jamás había visto a una mujer desnuda, me comenzó a calentar ver sus pechos...

Fui al baño y cuando regresé ¡Oh sorpresa! ¡Una chica estaba sentada junto a mi esposo! Nos presentamos y él dijo que yo era su esposa, ella se asustó y me preguntó si quería que se fuera, le dije que no había problema que se quedara; comenzamos a platicar, ella mencionó que lleva poco tiempo trabajando ahí y que aún no se acostumbra, le invitamos una copa, le dió un par de tragos y fue su turno de bailar. Hasta este punto no había contacto físico, ninguno de los tres sabíamos que estaba pasando. Cuando ella se fue a bailar, él y yo comenzamos a platicar para saber que pensábamos y sentíamos respecto a la situación, decidimos que nos dejaríamos llevar. La vimos bailar, se notaba su inexperiencia, comparada con sus compañeras. Se quitó el brassier, vimos sus senos desnudos, mi marido dijo que se veian deliciosos, pude ver sus pezones erectos, comencé a humedecerme poco a poco; puse mi mano sobre el pene de mi esposo, lo sentí grande, duro, ví como se calentaba viéndola bailar en el tubo, eso me excitó aún más. Ella termino su baile y regresó a nuestra mesa, nos preguntó qué nos había parecido, a lo que respondimos que lo hacía bien.

Fue mi primera vez en un table y la primera en muchos años para mí esposo así que no entendíamos bien las reglas del lugar, por lo que le preguntamos a ella a que teníamos "derecho" por haberle invitado una copa a lo que nos respondió que "a casi todo" podíamos tocarla, podía sentarse en nuestras piernas, incluso podría haber besos, cuando mencionó esto, instintivamente le pedí que besara a mi marido y lo hizo; Ahí estaba yo, viendo cómo mi esposo se besaba con alguien semidesnuda, ¡Wow, me encantó!

Ella me pidió permiso de sentarse en las piernas de él y accedí, en un momento ella estaba sentada sobre él, más que en sus piernas, estaba sobre su verga y comenzó a moverse sexi, casi pude imaginar lo que ella sentía, esa verga que por mucho tiempo fue sólo mía, ahora estaba rozando las nalgas y la vulva de otra mujer. Primero se sentó de espalda y meneo su cadera mientras mi esposo acariciaba sus piernas y al mismo tiempo me daba un beso apasionadamente, luego, se sentó de frente a él y comenzaron a besarse, él tomó mi mano y la puso en las ricas tetas de la chica, por primera vez sentí los pezones duros de una mujer en mis manos, ¡fue tan excitante! Yo no sólo estaba húmeda, ya estaba completamente mojada, se podía sentir sobre mi pantalón y que decir de mi marido, se notaba en sus ojos las ganas que tenía de comérsela, de penetrarla con su verga.

Se terminó su copa y decidí invitarle una más, quería seguir experimentando, sobre todo, quería ver a mi esposo disfrutarla.

Me dejé llevar, acaricié sus piernas, sus chichis, sobre su tanga pude tocar su vulva por unos cuantos segundos, mientras tanto, ella seguía montada en mi esposo y seguía frotándose contra su verga erecta, cuando me di cuenta de los que estaba pasando, mi esposo me pidió que también la besara y así lo hice ¡Que maravilla fue besar a otra mujer! Jamás lo había imaginado. Por unos cuantos minutos mi esposo, ella y yo nos agasajamos intensamente.

Se terminó su segunda copa y yo le pedí a mi esposo que ya la dejáramos ir, realmente quería irme ya a coger con él.

Salimos del lugar y tomamos carretera rumbo a casa; fue tanta la excitación que en el camino mi esposo me pidió que me quitara la ropa y lo hice, recargue el asiento lo más atrás posible, subí mis piernas al tablero, comencé a tocarme y de pronto, pude sentir como los dedos de mi esposo estaban penetrandome, con una mano manejaba y con la otra me masturbo ¡Fue delicioso!

No aguantamos a llegar a casa; mi esposo se detuvo en un lugar estratégico sobre la carretera y ahí me monté sobre él, nos cogimos de lo más rico.

Esa noche él cumplió su fantasía de verme besar con una mujer. Y yo, cumplí mi fantasía de coger en el carro en medio la oscuridad de la noche.

¡Oh por Dios! Recuerdo esa noche y me vuelvo a humedecer, ha sido una de las mejores noches de sexo de mi vida.