Toruk_makto
Thu, Sep 28, 2023

Recibí el mail con las instrucciones, tenía un título algo extraño “NO MIRARAS ATRÁS”. Era un compendio de frases cortas y sencillas que no admitían interpretación alguna y sin embargo desde entonces vivimos releyendo las instrucciones sin entender porqué algo tan sencillo de memorizar requiere de tanta dedicación.

No había otro tema de conversación con mi marido, ninguno entendíamos porque medio folio de palabras de un desconocido nos mediatizaba de esta manera, él nos había ordenado no tener relaciones sexuales de ningún tipo hasta el encuentro, nos preguntábamos porque cumplíamos esta orden, incluso como podría él saber que incumplíamos lo ordenado, pero aun así algo nos impedía acercarnos el uno al otro.

Por fin llegó el mensaje, únicamente contenía la palabra indicada en las instrucciones “Activaros”, todo había empezado, será hoy, el mensaje solo nos dejaba pocas horas de margen para prepararnos, las instrucciones ya indicaba que sería en cualquier momento, pero todo estaba preparado hace días solo quedaba avisar a mi marido de que hoy era el día.

Llegamos a la cafetería nos sentamos según lo ordenado, uno a cada lado de la mesa pero no enfrentados, dejando que él se sentara a mi lado y frente a mi marido, las instrucciones indicaban que debía llevar vestido de falda corta, y braguita roja, me indican también que no podía sentarme sobre la falda del vestido, que debía retirar la falda para que mi intimidad apoyara directamente en la silla.

Cuando el llegó yo ya tenía mis auriculares inalámbricos puestos, ya que como decía las instrucciones ellos tendrían que hablar de sus cosas, de los términos de mi entrega y cesión, cosas que como decían las instrucciones no iban conmigo.

Mi marido se levantó y se saludaron amablemente, yo lo tenía prohibido: “vista al frente y callada”, esa era la instrucción, solo tenía que concentrarme en eso, solo una única orden debía cumplir, en eso y en tratar de no manchar la silla con mis fluidos.

Ambos se pidieron su cerveza, yo debía esperar sin tomar nada, debía esperar a la conclusión de las negociaciones de mi entrega y esperar si finalmente la pactaban entre ellos, nada podía escuchar y apenas podía ver por el rabillo del ojo como era él, el tiempo se colapsó, no puedo identificar la duración de ese momento, la música que él había escogido para este momento me envolvía y me abstraía.

En ningún momento me tocó, en ningún momento se dirigió a mi ni hizo por mirarme, lo que me mantenía más desconcertada y abstraída, en mi letargo pensaba que ese momento me estaba siendo robado, pero a la vez sentirme ajena a la decisión me hacía mojarme sin remedio.

De repente mi marido me rescato del trance, se dirigió a mí pidiéndome que le mirara, tres eran las palabras que debía decirme, solo tres y solo esas. Tres palabras que no necesitaba retirarme los inalámbricos para entender.

“Ves al lavabo” me dijo, yo sabía exactamente que debía hacer al escucharlas, las instrucciones eran claras, debía levantarme sin mirarlos, aun así pude intuir como él miraba la mancha que había dejado en la silla, fui al lavabo y tal como las instrucciones indicaban me quite las bragas y con ellas en la mano me dirigí al exterior de la cafetería, por fin podría saber si había sido aceptada o rechazada por él.

Pude ver que estaban los dos, lo que significaba que mi entrega había sido pactada, ya solo quedaba cumplir la última orden, la orden más difícil. Las piernas me temblaban, pero ya no había marcha atrás el trato había sido cerrado, nerviosa me acerque a mi marido y sin mediar palabra alguna le entregue en la mano mis bragas,

Después él me miró por primera vez y me ofreció su mano, por fin podría tocarle, acepté su mano y tal como las instrucciones marcaban nos alejamos del restaurante y de mi marido, pude en ese momento entender el título de las instrucciones, NO MIRARAS ATRÁS.

Y eso hice.